Ayer, como todos los días, haciendo el trayecto en coche para llevar a mi pequeñín a casa de mis padres, vi un pájaro batiendo alas en el mismo lugar todo el rato, como si se estuviera manteniendo ahí por alguna razón.
Mi primer pensamiento fue que flotaba en el aire porque había visto algo de comer, que sería lo más probable, pero luego ya mi mente se fue por ahí a jugar.
---Paré el coche, saqué la cámara de fotos y hice una foto de ese pájaro que estaba parado en el aire, miré el paisaje, me tumbé boca arriba con mi peque y observamos las nubes.
Es tan lindo el paisaje de aquí, no se si podría irme a vivir a otro lugar -aunque a mi me gustan todos los paisajes- este es el que me ha visto crecer, es bien cierto aquello de que la tierra tira.
Cuando sopla el viento es como si usara un gran peine para alisar esos grandes campos verdes, que se mueven como mecidos al son de mis pensamientos. Ahora ya algunos son de color amarillo, se ven uniformes, como si pudieras pasear por encima de ellos, llanos, lisos, parece que reflejan el sol.
Unos campos hacen bajada, otros ondas, cada uno se peina a su manera, todos diferentes, separados por lineas de hierbajos, tal vez algún canal de riego en medio y algún árbol como si lo hubieran tirado al azar.
De repente un rayo de sol cae sobre una zona.
El sol relumbra entre las nubes, se ven los rayos cayendo, como si quisieran señalar donde esta el lugar deseado, o un tesoro enterrado.
Unas nubes bajas dan la sensación de profundidad, como si estuvieras viendo el fondo del mar, pasan ligeras, flotando como si fueran una partitura de una caja de música y al fondo, más nubes, grandes y blancas, como algodones entre rayos de sol, iluminandas unas, haciéndolas más brillantes.
Veo dragones en esas nubes, que curioso, siempre son seres míticos, dragones, dinosaurios, o seres raros en formas raras que solo andan en mi imaginación.
La primavera pone en jaque todos mis sentidos.
Los colores explotando a mi alrededor ponen mi mente en vuelo, los olores repartidos al viento me transportan y solo tengo ganas de parar, a oler, a observar, parar este ritmo loco de vida que llevo y tener tiempo de respirar hondo, llenar mi cerebro de todo lo que reparte la primavera por todos lados.
Correr campo a través, llenarme de polen, dejar mi cabello suelto al viento, ver a mi niño reir, a mi niña correr estallando a risotadas, abriendo la boca tanto que parece que se va a comer el mundo.
Flotar con ellos en la tranquilidad de un día que huele a sol, a hierba, a flores, tan lindo, tan transparente que parece que si lo tocas se va a esfumar.... tan efímero y fugaz se me antoja!
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