Soy una viciosilla, entre mis vicios esta el tabaco, nada recomendable tanto para la salud como para el bolsillo, aunque en mi defensa, o para tranquilizar mi mente ejejej, diré que fumo poquito.
Aclarado esto contaré lo que iba a contar, que se me va la pelota!
Pues bien, a veces me despierta mi niño por la noche, tal vez son las 2 o las 4 de la madrugada, pues casi siempre me desvelo, así que para relajarme, que vaya tela, me salgo a hacer un cigarrito o dos al balcón con una infusión calentita de menta, que según mis manías ha de ser con dos sobres de poleo y uno de manzanilla con anís, en fin, que la noche pasada cuando salí hice lo de siempre, mirar el cielo.
Desde donde vivo, al ser un pueblecito, el cielo se ve muy estrellado, así que miraba unas estrellas cuando de golpe se encendió un puntito entre ellas, se movió para un lado, hizo un guiño y se apagó.
Bueno, puede que fuera un avión, pero, y si en realidad era un extra terrestre haciendo un viaje de un planeta a otro... creer eso y pensar en ello me da una perspectiva totalmente nueva tipo: Ei, no estamos solos!
Aunque claro, todo puede ser que el sueño y los ojos me jugaran una mala pasada, pero que más da, porque es una cosa que me gusta pensar muy a menudo cuando observo las estrellas cada día desde mi balcón, sintiéndome una pequeñita parte de este universo grandioso.
Además, son tan brillantes y preciosas que merece la pena mirarlas, están ahí para que las veamos, sino para que?
Ya tengo ganas que mi niño crezca para enseñarle como brillan!!!
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